El aire en el depósito estaba denso con el olor a carne recién cortada, el resultado de la Gran Cacería de Wolfpine, un evento crucial para la supervivencia y celebración de la manada. El lugar estaba iluminado solo por lámparas de aceite, creando sombras oscilantes sobre las pilas de carne. Lyanna, eficiente como siempre, estaba al frente del conteo, guiando a los sirvientes para distribuir los suministros adecuadamente. Sus manos ágiles trabajaban en las hojas de inventario, pero su mente, aunque enfocada, divagaba ligeramente. Había una tensión en el aire, algo más allá de lo habitual.
Escuchó pasos pesados resonando en el corredor de piedra antes de sentir la presencia de Ulrich. El rey siempre anunciaba su llegada con el peso de su postura y la autoridad que cargaba. Sin mirar, Lyanna sabía que era él. Inmediatamente, hizo un gesto para que los sirvientes se retiraran, y estos sali