LA CENA.

Al ingresar al lujoso salón cientos de fotógrafos intentaban tomar una fotografía de la hermosa chica, esta siempre miraba hacia abajo, como evitando ser fotografiada, mientras que su esposo trataba de llamar la atención siendo hasta un poco vulgar, en los medios no sabían como una mujer de la clase de Marian Kent estaba casada con alguien como Landon Drope.

-Señora Marian, sería tan amable de darnos una entrevista por favor.

Landon que había notado el interés de los medios hacia su esposa, no iba a desaprovechar semejante oportunidad, a pesar de que le había prohibido dar declaraciones, cosa que Marian agradecía, ya que no deseaba hablar sobre los negocios de su esposo.

-Señora, por favor, vamos a pensar que su esposo no le permite hacerlo, dijo uno de los periodistas sonriendo.

-Vamos hombre, como vas a decir semejante cosa, mi hermosa esposa es libre de hacer o decir lo que guste, vamos mi amor, tu aduéñate de las cámaras, dijo él haciéndose hacia atrás dejando a su bella esposa frente a las cámaras.

-Señora Kent, gracias por aceptar la entrevista, o al menos algunas fotografías.

-No soy amante a las fotografías, de hecho tengo pocas, en mi casa todas las que sean, pero fuera de mi hogar soy un poco tímida, vamos a ver cómo nos va.

-Señora, por favor, mire a este cámara, denos una sonrisa, solo sea usted, con eso bastará.

Marian amablemente hizo lo que el camarógrafo le pidió, minutos después Landon se acercó a ella abrazándola y posando para las fotografías siguientes, para continuar ingresando al salón en donde se daría la cena de caridad.

Una mujer joven y bella era la encargada de guiar a los invitados a su asiento.

-Señor Drope, que gusto tenerlo por acá, es un placer guiarlo a su asiento, dijo la mujer siendo descaradamente coqueta, sin embargo a Marian no le interesaba.

-Señorita, estoy acompañado de mi señora esposa, por favor guarde compostura, parece una cualquiera insinuándose de esa manera, dijo Landon mientras era escuchado por algunos hombres de negocios quienes aparentaban igual que él.

En el momento en que la mujer se acercó para mostrarle los asientos, Landon aprovechó para darle su tarjeta de presentación y quedar en una cita.

La mujer descarada sonrió mirando a Marian con orgullo.

Mientras que Marian solamente sonrió, indicándole que no le interesaba lo que fuera que ella estuviera haciendo.

Mientras que Landon le sonreía a todo el mundo y presentaba a su bella esposa con tal de conseguir contratos en una cena de caridad, Marian se sentía incomoda.

Todos los presentes de un momento a otro dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se voltearon hacia la puerta del gran salón.

Era el hombre más apuesto que Marian había visto en su vida, un hombre con presencia, para lograr todo aquel revuelo en la cena, debía ser alguien realmente importante, pero ella ni idea de quién podría ser.

-No tengo idea de cómo le vas a hacer, pero debes de agradarle a Omar Vitale, debo hacer negocios con él, necesito pasar un cargamento y ese hombre sin saberlo me va a ayudar.

-No, como crees que voy a hacer eso, con solo mirarlo es un hombre importante, viste la conmoción que causó al entrar, aparte, tú crees que va a querer algo conmigo, por favor Landon, de verdad que estas peor que nunca.

-No sirves para nada, ya se encargará Ruma de hacer lo que necesito hacer, entiendes.

Marian no quiso saber más del tema, solo se interesó en prestar atención a la música de piano que sonaba.

-Señor Vitale, sería tan amable de acompañarme a su mesa, dijo una hermosa rubia, guiando a Omar a una mesa que no era la suya.

Después de un buen fajo de dólares, una de las chicas encargadas de la organización, no tuvo problema en cambiar a Omar Vitale de lugar.

-Claro señorita, la sigo, dijo el hombre amablemente.

Al llegar a la mesa en donde estaba ubicado, el hombre no pudo disimular al ver aquellos ojos color miel, de la mujer más bella que había visto en el mundo.

-Buenas noches, dijo Omar a las personas que estaban en la mesa.

-Que tal buenas noches señor Vitale, le presento a mi esposa Marian.

El hombre no apartó los ojos de la chica ni ella de él.

Landon sonreía al ver que la mujer había causado buenas vibras con el recién llegado.

-Con permiso, dijo Marian un poco incomoda, levantándose de la mesa.

De inmediato Omar se levantó de la mesa, no tenía ningún tema que pudiera interesarle de Landon Drope.

El atractivo hombre se levantó de la mesa sin más y caminó hacia la dirección en donde la hermosa chica se dirigía.

Landon no se dio ni cuenta de lo que estaba pasando, él estaba bastante entusiasmado con la mujer que los había guiado hacia la mesa.

Marian entró al tocador y tras ella Omar, cerró la puerta después de mirar que no había nadie más dentro del tocador.

-¿Señor Vitale, que hace usted aquí? Preguntó Marian bastante asustada.

Si mi esposo se da cuenta le hará daño, créame, por favor salga de aquí, por favor él nos hará daño.

-No se preocupe, mis escoltas no permitirán que eso suceda, tranquila, solamente quería verla, conocerla mejor, su esposo no dejará que eso suceda, es un poco celoso y por lo visto bastante controlador.

Nunca he hecho algo así, porque nunca he encontrado una mujer tan hermosa como usted en mi vida.

Soy Omar Vitale, su marido desea que hagamos negocios, pero yo señora si sé de donde viene la fortuna de su marido, no me interés hacer ningún tipo de negocio con él, lo único que me puede interesar de su marido, es usted.

En ese punto la mujer tenía lagrimas en sus mejillas, el hombre prefecto que tenía de frente, el único hombre que le había llamado la atención en la vida, pensaba seguramente que ella era un porquería igual a su marido.

-Señor, yo no soy igual que Landon, se lo juro, no sé porque me interesa lo que usted piense, pero quiero que lo sepa, yo solamente soy un trofeo por el que él pagó.

El hombre le dio a Marian un pañuelo.

-Vamos, limpié esas lágrimas, no vale la pena que llore por algo de lo que usted no tiene control, dijo el hombre acercándose peligrosamente a la chica.

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