DOMINGO EN CASA.

Después de salir de la joyería, Marian invitó a María a comer un helado las dos mujeres estaban realmente felices, por fin en mucho tiempo, podían tener una vida normal sin tener a Landon cerca.

-Hola Marian, dijo una voz ronca cerca de las chicas.

-Señor Vitale, que tal; respondió Marian nerviosamente sin poder quitar sus ojos del espectacular hombre que tenía al lado.

Cuando Marian volvió en sí, pudo notar que había una mujer hermosa del brazo de Omar, ella no pudo contener su nerviosismo al recordar el beso que se habían dado la noche anterior.

-Qué pena señor Vitale, pero tenemos que retirarnos, dijo Marian mirando a María, quien entendió de inmediato lo que su jefa quería decirle.

-Veo que tienen prisa, un placer, la espero mañana a primera hora señora Kent, dijo Omar siendo completamente formal.

Las dos mujeres se levantaron y se fueron nerviosamente.

-¿Señora quien es ese hombre tan espectacular?

-Ay María, es Omar Vitale, mi jefe, dijo Marian recordando su apasionado beso.

Ese hombre me pone muy nerviosa, no tienes idea de cuánto.

-Sí, pude verlo, pero no se preocupe, usted es una mujer muy bella e inteligente, estoy segura que podrá con él, creo que de quien debe de cuidarse es de la mujer que llevaba del brazo, la miraba bien feo, como queriéndola desaparecer del planeta.

-La verdad no me fijé en ella, vi que era rubia y eso es todo.

Por favor María, no comentes nada frente a Armando, ya sabes, puede darse un mal entendido y ya conoces a Landon, se pondrá como loco y sinceramente la hemos pasado bien como para que nos arruine el día.

-No se preocupe señora, usted puede contar conmigo para lo que sea, créame, soy su amiga si usted así lo quiere, creo que nos une un mismo sufrimiento provocado por el mismo hombre.

Las mujeres caminaban con muchas bolsas hacia el estacionamiento, dos hombres del centro comercial, les ofrecieron ayuda a las hermosas mujeres.

-Señoras, permitan que les ayudemos, nuestro jefe nos ha enviado para que no carguen esas bolsas y puedan ustedes ir cómodas.

Las mujeres se miraron un poco sorprendidas, era posible que Landon las estuviera siguiendo.

-¿Disculpe joven, pero quien es su jefe, no lo conozco, preguntó Marian al hombre que estaba uniformado con un traje entero negro y camisa blanca.

-Trabajamos para el señor Omar Vitale señora Kent, él nos ha pedido que les ayudemos.

-Entiendo, gracias, pero podemos solas, no había terminado Marian de decir esa frase, cuando los dos hombres les quitaron las pesadas bolsas de las manos y caminaron hacia el estacionamiento.

Al llegar al estacionamiento, Armando no hizo ni un solo movimiento por ayudar a los hombres que iban con las bolsas, abrió el maletero y los mismos empleados de Vitale acomodaron las bolsas dentro del auto.

-Muchas gracias jóvenes por su ayuda, dijo María mirando a los chicos como se alejaban sin decir nada.

-¿Quiénes son? Preguntó Armando de mala manera.

-Personas con un poco mas de educación y consideración que tu Armando, como es posible que no ayudaras ni siquiera a acomodar las bolsas.

-No son mis compras, dijo el tipo abriendo la puerta a Marian.

-Que bueno, lo tendré presente, dijo la mujer en un tono de molestia absoluta.

-¿Y tú, no vas a decir quiénes eran esos tipos? Pregunto a María.

-Armando por Dios, es la primera vez que salgo de la casa en tres años, ¿crees que voy a conocer a dos jóvenes que amablemente nos ayudaron, en serio?

Aquel auto fue silencio total. Al llegar a la mansión, Landon ya estaba en la casa.

-Qué bonita hora de llegar, mi hermosa esposa y su perro faldero, dijo mirando a María.

-Landon, no es necesario que ofendas a María, ella me ha ayudado con las compras, tal y como lo ordenaste.

Ahora si me lo permites, iremos a dejar las bolsas a mi habitación, dijo Marian mirando a María, para que no dijera nada sobre los regalos que le había hecho.

Cuando Marian iba pasando frente a Landon, este le dio una bofetada, que hizo sangrar la comisura de su boca.

-¿Qué te pasa, porque me golpeas? Gritó la mujer.

-¿Crees que soy estúpido, crees que no sé que dos tipos llevaron sus bolsas al estacionamiento, te estabas revolcando con ellos y tu le cubres las espaldas?

-Santo Dios, estas borracho y bastante loco, esos tipos como tú dices, son empleados de Omar Vitale, nos ayudaron con las bolsas, porque tu perro faldero, dijo Marian mirando a Armando, nos dejó solas en el centro comercial con todas mis compras, no podíamos caminar con tanto peso encima, por cierto, te mandó a saludar, pero tu antes de preguntar siempre golpeas, ahora como crees que mañana a primera hora me presentaré ante Omar Vitale con este golpe en mi rostro, porqué lo he visto hoy y él pudo ver mi rostro perfectamente mientras caminaba con su novia del brazo, dijo Marian intentando calmar al hombre, ya que sabía que las cosas se pondrían bastante mal si Landon se molestaba, la golpearía hasta dejarla marcada.

-Maldita sea Armando, por qué no haces bien tu trabajo.

Mi amor, estas bien, un poco de maquillaje borrará todo, pero eso no es lo importante, Omar te saludó y que más te dijo, sabes que es importante para mi ese negocio, él tiene cruceros que van de Europa a Sur América y viceversa.

¿Y tu imbécil, mira lo que has logrado? Dijo gritando a Armando.

-Señor, no lo sabía, estas dos mujeres no me lo dijeron.

-Que te iba a decir nada, tu eres el perro de Landon, no tengo porqué darte ninguna explicación, él es tu jefe, tenlo por sentado, para mi tú no eres nadie, gritó Marian con toda la rabia del mundo, dejando claro quién era Landon, con el fin de calmar la situación y te todo el enojo de su marido se fuera contra Armando.

-Ya mi amor, sube a tu habitación, hablaremos después, dijo Landon tambaleándose de borracho.

-Ven María, sube conmigo rápido, dijo la mujer con las bolsas en sus brazos, uno de los guarda espaldas corrió a tomar las bolsas para llevarlas a la puerta de la habitación de Marían, ya que Landon tenía terminantemente prohibido que algún hombre entrara a la habitación de su esposa.

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