Capítulo 31: Quita tus manos de mi mujer
Justo cuando creo que va a besarme, otra voz masculina rompe ese instante como un rayo.
—¡Suéltala! —ruge Colín.
Mi cuerpo se tensa aún más, como si no lo estuviera ya bastante con las manos de Logan clavadas en mi brazo. Él no duda ni un segundo, da dos pasos firmes hacia nosotros y estira la mano para apartarlo de mí.
—Quita tus manos de mi mujer.
La frase se me incrusta en el pecho como un martillazo. Logan suelta una risa amarga y seca, que retumba en mis oídos. Me suelta sin apenas resistencia, incluso apenas lo toca Colín. Retrocede un paso con calma, como si hubiera ganado algo en el simple hecho de hacerme daño.
—¿Tu mujer? —arquea una ceja mientras nos observa con desprecio—. Dirás tu puta barata que te compraste.
El rostro de Colín enrojece. Lo conozco bien: esa vena que se marca en su cuello solo aparece cuando la furia lo consume. Logan lo ve, y parece disfrutarlo. Una mueca de satisfacción cruza su cara, pero no se molesta en forza