Capítulo 19: Gratitud y culpa
La noche se siente más pesada de lo normal cuando salgo de casa. El aire frío me golpea la cara y cala en mis huesos, pero no me importa. Tenía que volver al hospital, aunque ya sea tarde. No podría dormir tranquila sabiendo que Liam está allá, tal vez despierto preguntando por mí.
Antes de salir, acosté a Lia. Le leí un cuento mientras me miraba con esos ojitos soñolientos que tanto extraño durante el día. Apenas terminé de narrarle la última página, se quedó dormida abrazando su osito de peluche. La señora Coleman insistió en quedarse en la casa para cuidarla, cosa que agradecí más de lo que mis palabras podían expresar.
No solo eso. También me preparó la cena en recipientes con tapa, asegurándose de que me llevara algo caliente al hospital. Antes de que cruzara la puerta, me detuvo y puso en mis manos otra bolsa.
—Llévasela también a Colín. No sé si ha comido algo desde que está allá —me dijo con esa voz firme y dulce que tanto me recuerda a una madre.