Capítulo 13: Una traidora a sus ojos

Me obligo a alzar un poco la mirada, lo justo para entregarle el menú. Y ahí están.

Esos ojos azules que un día me hicieron sentir amada, ahora son cuchillas heladas. ¿Cuánto tiempo lleva viéndome? Por un instante creo ver un destello, apenas un latido de reconocimiento… pero desaparece al instante.

Su expresión no cambia. Ni un gesto. Ni una arruga en su frente. Nada.

Es como si yo fuera una completa desconocida.

Ese vacío en su mirada me rompe. Y, sin embargo, sé la verdad. Me reconoció. Ningún amor verdadero se olvida, por más herido que quede.

Pero tal vez es mejor así… que finja que no me conoce.

Él toma el menú de mis manos con una calma excesiva. Sus dedos rozan apenas los míos, sin titubeos, sin reacción alguna. Solo frialdad.

—Mesera —su voz baja y grave me atraviesa—. Asegúrese de que su servicio esté a la altura de mi restaurante. Nunca tolero errores.

Suena como una advertencia, no como una instrucción.

La palabra me perfora. Mesera.

Nu