Villa de las Mercedes
— ¡No puedo estar de pie una hora frente a la puerta esperando a que al señor Swels se le ocurra aparecer para darle la bienvenida, madre! — había protestado Lara con vehemencia — ¡Y Silver Moon y Khan mucho menos! Entonces sí en lugar de tigres educados lo que se va a encontrar el señor Swels será dos fieras encolerizadas. ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?
— Muy bien, pero quédense cerca, en el jardín interior. Ese hombre no pagó miles de dólares para encontrarse con que sus tigres no quieren recibirlo. — refunfuñó Emma.
La muchacha había lanzado un gruñido de protesta antes de llevarse a los animales al jardín, y se habían entretenido tanto que ni siquiera habían escuchado el sonido del sedán que aparcaba