C180- ASEGÚRATE DE QUE NO QUEDE CON VIDA.

El silencio que siguió a la partida de Lucy fue cortado por la risa amarga de Ezra.

―¿Te remuerde la conciencia, hermano? ―escupió ―¿Dónde estabas cuando papá me vendió como a una perra? ¿Dónde estaba mi hermano cuando esos bastardos me destrozaban noche tras noche?

Eros mantuvo la compostura, pero sus ojos revelaban un dolor profundo.

―Tienes razón ―admitió con voz ronca. ―Pero después lo arreglé. Lo maté por ti, Ezra. Maté a nuestro padre por lo que te hizo.

―¡¿Después?! ―rugió Ezra. ―¡Lo hiciste cuando ya no quedaba nada de mí! ¡Cuando ya estaba roto! ¡Destruido!

―Perdóname ―susurró Eros, su máscara de control desmoronándose. ―Era joven, Ezra. Estaba aterrorizado. El miedo me paralizó cuando más me necesitabas.

―¡Tu miedo me costó mi vida! ―gritó Ezra y se lanzó contra su hermano como un animal herido.

Los dos cayeron al suelo y las pistolas salieron despedidas, chocando con la pared.

Los puños volaron, fueron golpes secos, crudos, brutales