C179- DEJALA IR.

Ezra sonrió.

—No te das cuenta, ¿verdad? Aquí no das órdenes tú y mucho menos cuando se trata de mi esposa.

—No es tu esposa —gruñó Eros.

—Lo es —espetó Ezra, con el rostro crispado—. Ella era mía antes de que tú te metieras en medio. Ocho años, Eros. Ocho jodidos años viendo cómo te la follabas, cómo le sonreías en las fotos, cómo ella fingía que yo nunca existí.

—Ezra... —Eros bajó apenas el arma, al notar el temblor de Lucy, el dolor en su rostro, la sangre que se deslizaba por su muslo. Estaba herida, muy herida y necesitaba atención—. Ella no tiene la culpa. Ella...

Respiró hondo y cambió de tono.

—Suéltala. No tiene nada que ver, esto entre tú y yo.

Ezra soltó una risa ahogada.

—¿Nada que ver? ¡Era mi maldita esposa! ¡MI MUJER! —gritó con los dientes apretados—. Así que sí tiene que ver.

Su voz se volvió venenosa.

—Tal vez debería pegarle un tiro ahora… —presionó el arma contra la sien de Lucy—. Y ver cómo se te rompe el alma. Tal vez eso me devuelva algo de lo