Punto de vista de Eva

Permanecí inmóvil, contemplando a los reporteros que me rodeaban. El mundo giraba vertiginosamente a mi alrededor. Sus voces y preguntas me sofocaban, en un clamor insoportable. Todos me gritaban a la vez, lanzando acusaciones falsas contra mí.

Mi corazón golpeaba con tal fuerza que temí pudiera escapar de mi pecho, y cada palpitación era un recordatorio del desastre en que se había convertido mi vida, del profundo abismo de humillación en el que había caído.

—¡Eva! ¿Nos cuentas algo sobre el romance?

—¿De verdad le robaste el prometido a tu hermana?

—¿Eres su amante?

—¡Eva! ¿Qué te hizo Sara para traicionarla de esta manera?

—¡Eva! ¡Responde a nuestras preguntas!

Apenas podía respirar. Sentí un nudo en la garganta y todo se volvió borroso mientras luchaba por contener las lágrimas. Solo deseaba desaparecer, esfumarme en un instante, lo que fuera, con tal de escapar de aquellas palabras que me aplastaban sin piedad. Mis manos temblaban incontrolablemente, pero me