Mundo ficciónIniciar sesión—Dos.
La voz de Konstantin resonaba en la cámara subterránea como campana funeral. Sus veinte guardias mantenían rifles firmemente apuntados, dedos en gatillos, esperando orden que convertiría el túnel en matadero.
—Uno.
Tamara cerró ojos, sintiendo peso de setecientos años de manipulación aplastándola. Pero antes de que pudiera hablar, antes de que pudiera entregar su sangre o elegir resistir...
—Espera. —Konstantin levantó mano, deteniendo cuenta regresiva—. Guardias, retrocedan. Bajen armas.
Confusión cruzó los rostros enmascarados de sus hombres.







