Mundo ficciónIniciar sesiónMei se congeló mirando su laptop, el horror creciendo en su rostro mientras los datos fluían.
—No. —Su voz fue apenas susurro—. No, no, no...
—¿Qué pasa? —Valentina se acercó corriendo.
—El laboratorio... no es solo laboratorio. —Mei tecleó frenéticamente—. Es... Dios mío, es el núcleo. Todo el monasterio es el núcleo.
Antes de que alguien pudiera procesar esas palabras, las luces cambiaron. Parpadearon de azul suave a rojo brillante. Puertas sellándose con siseo neumático. Y entonces...
Voces.
Siete voces hablando al un&iac







