Capítulo 69. ¿Tiro de gracia?
La lluvia se agudizó y comenzó a caer con una violencia renovada, convirtiendo el suelo del bosque en un lodazal traicionero y resbaladizo.
Arriba, en el borde del barranco, tres siluetas oscuras se recortaban contra la negrura de la noche, jadeando por el esfuerzo de la persecución.
El líder del grupo, con el pecho subiendo y bajando rítmicamente, se acercó peligrosamente al borde del precipicio.
Su bota resbaló en el barro, enviando una lluvia de piedras y tierra húmeda hacia el vacío, el mismo camino que segundos antes había recorrido el cuerpo de Lyanna.
—¡Alumbra ahí abajo! —ordenó, su voz ronca compitiendo con el sonido del viento azotando las ramas de los robles.
Uno de sus secuaces, el más joven, se acercó con cautela y apuntó el haz de luz de su linterna táctica hacia la profundidad de la pendiente. La luz blanca cortó la oscuridad, revelando un sendero de destrucción: matorrales aplastados, ramas rotas y surcos profundos en el barro donde el cuerpo de la mujer había rodado