Capítulo 6. Escapada.
El amanecer llegó con un silencio extraño.
La mansión parecía dormida, pero el ambiente estaba cargado, como antes de una tormenta.
Ares bajó las escaleras con el ceño fruncido. No había dormido. La discusión con Lena seguía repitiéndose en su cabeza como un eco molesto.
Ella lo había desafiado, como no lo había hecho antes, y lo peor: tenía razón.
Al llegar a la cocina, la encontró sentada en el desayunado con Harry comiendo cereales.
Greta, en cambio, estaba de pie junto a la cafetera, luciendo impecable, con un vestido ajustado y una sonrisa demasiado confiada.
Ares la observó un momento, con la mandíbula tensa.
La risa de Greta se rompió cuando lo vio acercarse.
—Buenos días, amor —dijo, con esa voz empalagosa que él ya empezaba a detestar.
Ares no respondió. Tomó una taza, sirvió café y, se sentó junto a Lyanna, pero eso  bastó para que ella se levantara.
—Vamos, Harry, o llegaremos tarde.
Su actitud irritó a Ares.
—¿Te vas a ir porque llegué yo? —preguntó sin dejar de mirarla y