Un esposo enamorado.
Los CEOS territoriales y posesivos, de vez en cuando tenían celos de sus propios hijos al ver como sus esposas los adoraban tanto, y los llenaban de arrumacos y atenciones.
— Mi amor, acercarte, por supuesto que también hay cariño para tí, ven a darme un beso, yo no puedo ir hasta ti para dártelo.
El hombre observó por unos momentos el frágil y dolorido cuerpo de su esposa, ella tenía el rostro con poco color, y evitaba moverse mucho para que la cirugía no le doliera demasiado. Entonces... Caminó hacía ella para darle un suave beso.
— ¡Iuhhh, papá, estamos los gemelos aquí, mejor vámonos Emiliano, papá y mamá ya se pusieron románticos.
— Esperen, alto ahí, de aquí nadie se mueve, iremos a la habitación de las trillizas para que las conozcan.
— Ah, si, es verdad, ya quiero verlas. — El gemelo Rafael tenía curiosidad por conocer a sus hermanas, y Emiliano igual.
— Adelantense al cuarto de las nenas, las niñeras están con ellas, yo iré en un momento. — Ordenó el padre, los