Decir que estaban impactados por lo que acababan de escuchar, sería decir poco, los tres empresarios estaban clavados en su sitio.
— ¿Qué fue lo que dijiste? Abogado De Luca, sabemos que eres uno de los mejores abogados a nivel mundial...
— ¿Uno de los mejores? Yo soy el mejor, y mis amigos, y amigos de mi padre requirieron mis servicios, como ya deben de saber nunca pierdo un caso. Mucho menos tratándose de una injusticia como esta.
— ¡Fue una muy mala travesura de parte de nuestros hijos pero no pueden quitarnoslos, son... nuestros hijos!
— Por supuesto que sí podemos, no pueden ser juzgados como criminales según las leyes rusas....
— ¡Por supuesto que no, abogado De Luca, en ningún tribunal ruso los van a acusar de un crimen! — El CEO Petrovic defendía a su indefendible hijo.
— No, pero irán a un internado para niños como ellos, con mentalidad criminal. Alejados de la sociedad, y sobre todo de otros niños a los que puedan hacerles daño.
— ¡No, papá, ni quiero ir. e