Eligeme a mi, no a él.
Los guardias habían echado a la calle a la socialité. Ella estaba furiosa, ni siquiera le habían puesto un coche para llevarla a casa, había sido tan antipática que nadie se ofreció a ayudarla. Ella llamó a un taxi, pero no pensaba dejar las cosas así, ohhhh, pero por supuesto que no.
(...)
Ya en el despacho, el CEO Darkok hizo una señal a su ex mujer para que tomara asiento en el sofá. No quería que permaneciera de pié.
— Santo dios, ¿Ahora pretendes preocuparte por mi? ¡Ha, que irrisorio...!
El hombre que no era para nada el rey de la paciencia, dejó escapar el aire para tratar de hablar lo más civilizadamente posible con la mujercita embarazada.
— Angelic, viviste dos años conmigo...
— ¿Viví, dices? No comparto tu opinión, tu nunca estabas en casa, así que prácticamente no fue así.
— Pero sabes cuál es mi carácter, lo sabes... ¡Y aún así no fuiste para decirme que estabas esperando a mi preciado hijo, dejaste que pasaran más de... cuatro meses para decírmelo y po