El día del cumpleaños llegó, y como bien dijo el niño Darkok, él se entendió con la organizadora de eventos.
El jardín fue decorado, había varios hombres lobos de poco más de tres metros mostrando los colmillos y sus garras.
Mesas con manteles largos con candelabros de centros de mesa.
Las antorchas que colgaban de árboles falsos hacían que el ambiente se viera más terrorífico.
— Vladimir, el pastel está enorme, además ese rostro de lobo que tiene lo hace ver genial.
El apuesto niño Lombardi, llegaba vestido en un traje azul hecho a medida, su padre se encargaba de que siempre vistiera impecable, al igual que él.
— Si, le va a la temática, pronto cumplirás años tú, podrás pedir tu fiesta de lo que más te agrade.
— Si, creo que la pediré de... Vampiros, me gustan esos seres que nunca mueren y se aparecen por las noches cuando salen a cazar a sus víctimas, además son poderosos.
— Bien. — El apuesto cumpleañero que vestía un traje gris combinado con una camisa az