El diagnóstico de Stella.
Los abuelos salieron y disimuladamente se secaban unas lágrimas. Les había dolido mucho escuchar como su nieto estaba sufriendo.
— Papá, ¿Cómo está mi sobrino, papá? Aún no puedo creer que no preguntara por mi. — Dominic quería saber cómo se encontraba el pequeño demonio de su hermano.
— Quisiera decirte que está bien, pero... creo que va a necesitar más tiempo para sanar sus heridas... Esos tres niños lo afectaron mucho, piensa que es débil. Qué no pudo protegerse, ni su dinero, tuvimos que salir de la sala de urgencias, está muy afectado, y llora porque Lucano y yo le dimos unos billetes, eran los que traía en esa bolsa, él siente que nos falló.
— Cuánto lo siento, quizás es estrés post traumático, no es para menos, fue atacado, y golpeado.
— Es duro, apenas soporto verlo así. Si no fuera porque ya se hizo justicia, querría asesinar a esos tres padres tan nefastos. — Más el magnate cayó en cuenta de que no había visto a Stella por ninguna parte. — Pero... ¿Por qué no veo