Vladimir estaba recibiendo en su cara todas las verdades que Rafaela tenía para decirle.
El heredero Darkok solamente se removía en su sitio. Su semblante se oscureció, la trilliza Darkok no estaba dispuesta a dejarle pasar su error.
Evelyn y Emily se estaban sintiendo muy incómodas, ellas decidieron dejar a su hermana y su amigo de la infancia a solas.
— Te esperamos en el coche Rafaela, y trata de no ser tan gruñona, ¿Qué va a pensar Vladimir, que eres muy malhumorada.
Las dos trillizas se fueron para entrar en el coche que su padre les enviaba todos los días para que las recogiera después de clases.
— ¿Escuchaste, Rafaela? Deberías de cuidar más tu imágen, voy a pensar que eres una ogro.
— ¿Y que si lo soy? No te debo nada como para hacer como que me caes bien. Así que mejor ve a buscar a la chica a la que le trajiste rosas.
— No te hagas como que la virgen te habla, sabes muy bien que a quien vengo a buscar es a ti. Tú y yo tenemos mucho de que hablar, sobre tod