Esa era una pregunta muy seria, el llanto de preocupación de las abuelas, estaba haciendo pensar a Lucano que le estaban ocultando algo.
— Mamá, Lucano está bien dentro de lo que cabe, sé que lo quieres y que estás preocupada por él, pero lo estás asustando. — Doménico pedía a su madre que se calmara.
— Lo siento, no era mi intención, me alegra que ya estés mejor, Lucano, mira, ¿Te gustó tu león de peluche? — Adriana se secaba las lágrimas, al igual que la señora Black, ambas adoraban a su uraño nieto.
— Si abuela, me gusta el león, pero ya no llores, pronto me voy a recuperar y volveremos a casa, además nos vamos a llevar un bebé de aquí, mamá está embarazada, así que tengo que mejorar lo más rápido posible para ayudarle a papá a cuidar de ella. Las embarazadas se ponen muy consentidas, y no pueden hacer esfuerzos físicos.
— ¡Oh por dios, que sorpresa tan linda, seremos abuelos de nuevo! — Adriana estaba muy emocionada, y Stefania, la madre de Stella, también, ambas mujere