Angelic rodó los ojos al escuchar a su ex marido. Seguro que era solamente el querer dejar en mal a sus ojos a Aleskey.

— Hay, por favor, Dimitrir, Aleskey es casi un santo, se la pasa trabajando, está muy al pendiente de mí, y se preocupa por el embarazo aunque no sea suyo.

— ¡Patrañas, escúchame bien, solo yo me preocupo genuinamente por el bebé, eso es porque es mi sangre, porque es mi hijo con la mujer que amo. Ese imbécil no es lo que aparenta y te lo voy a demostrar!

Angelic, al ver el ímpetu con el que su ex marido le decía las cosas, hacia que por un momento le creyera que en verdad le importaba su embarazo. Era una manera diferente a la que le mostraba Aleskey.

Al pasar a la sala de juntas estuvieron viendo cada detalle sobre el proyecto, coincidían en muchas ideas, hacían un equipo fabuloso, sin duda serían un gran éxito.

Más sin embargo no todo podía ser color de rosa. Hasta la sala de juntas llegó el CEO De Russie, a buscar a su novia.

— !Señor De Russie,