Malena se quedó sin palabras.
¡Qué idiota!
Ella era igual que su hermana, actuando con altivez y poder ahora que tenían respaldo.
—Ve al grano. — Artemisa la miró molesta—. Dijiste que tiene algo que ver con mi Hermana. ¿Qué es?
Malena no habría tolerado su actitud en ningún otro momento.
Pero esta vez, no tenía elección.
Contuvo la ira y fingió preocupación. Suspiró y empezó diciendo: «No se trata solo de tu hermana. ¿Sabes que conoció a un hombre hace poco? Artemisa, ¿lo has visto?».
Artemisa entrecerró los ojos. —¿Te refieres a mi cuñado?—
La expresión de Malena cambió al instante. —¿Cómo se llama?—
—Cuñado —dijo Artem