Inicio / Romance / LA EMPLEADA DEL CEO / Noah buscando a Emma.
Noah buscando a Emma.

-Buenos días, señorita Stuart, donde puedo encontrar a la señorita Wright, necesito hablar con ella personalmente, dijo Noah.

-Hola señor, Emma ha pedido el día libre, mañana será su boda, así que desde hace al menos un mes había solicitado el día, ya comprenderá.

-Ah sí, lo había olvidado, su boda.

Inmediatamente después de que Noah saliera del consultorio de Clara, esta llamó a Emma.

-Oye amiga, sé que estas ocupada, pero no me lo vas a creer, el mismísimo Noah Connor, ha venido a mi consultorio a buscarte, dice que necesita hablar contigo personalmente, es un milagro, ese hombre no habla con el personal, a no ser para llamarle la atención en las juntas o para despedirlos, él si tiene eso, mira de frente y a los ojos a sus empleados cuando los va a despedir, y contigo ni una ni la otra, no sé qué pueda hablar nuestro jefe contigo.

-¿No le preguntaste que necesitaba de mi?

-SI, claaaro, le pregunté cómo los grandes amigos que somos, como se te ocurre Emma, casi le corto la lengua al paciente cuando lo vi entrar a mi consultorio y le iba a preguntar algo, la boda te está volviendo loca Emma, loca, dijo colgando la llamada para continuar atendiendo al paciente que estaba escuchando todo, pero que no entendía absolutamente nada.

-Clara estoy un poco nerviosa con esto de la boda, lo que me hace estar tranquila es que Ernesto y el señor Connor son amigos, sino estaría muy preocupada al tener una relación con Ernesto, te imaginas, yo tener que pagarle al señor Noah esa cantidad de millones de dólares por incumplir una de las normas de la empresa, el día que firmé el contrato no se lo platiqué, pero ahora me arrepiento, tuve que decirle yo, de mi propia boca que Ernesto es mi prometido, para que después no me salga con alguna historia.

-Ay por Dios Emma, tú crees que nuestro jefe es de esos, de verdad piensas que él va a hacerte la vida imposible por unos cientos de millones de dólares, pues permíteme sacarte de ese cuento, él no es un mortal cualquiera, lo que nosotras no veremos hasta después de muchos años de trabajo duro, él lo ve todos los días reflejados en su cuenta, además si Ernestonto dice que son amigos, entonces lo son, ya no hagas caso a los comentarios que te he hecho, puede ser que tu amor de la vida, sea él amigo que el guapo Noah Connor andaba buscando.

-Es que no es solo eso Clara, anoche tuve un sueño algo tonto, mira, estaba caminando hacia el altar y de pronto vi al señor Connor en una de las sillas de la iglesia, me tomó de la mano y salimos corriendo de ahí, dejando a mi Ernesto plantado en el altar, entonces no sé, llámalo estupidez o lo que sea, pero nuestro jefe me ha dado vueltas en la cabeza hasta en los sueños y no hay motivo para ello y tu más que nadie lo sabes.

-Emma, mañana será tu boda, se irán a Hawái, todo va a estar bien, la fiesta perfecta, la ceremonia igual, te vas a ver hermosa con ese vestido de diseñador que tanto querías, ah y lo más importante, con tu esposo de la mano apoyándote en todo, respira Emma, respira ya.

-Lo sé, pero eso me hacía feliz, pensar en un futuro juntos, ahora me he hecho tantas preguntas que no sé, he dudado de todo.

-Cálmate, eso es nada más y nada menos que los nervios de la boda, es más, voy a tu casa después del trabajo y salimos a comer algo, yo te invito a tu última cena de soltera, ¿qué te parece?

-Clara de mi corazón, que haría sin ti, hablaré con Ernesto y te paso un mensaje, me imagino que va a querer ir a dejar sus cosas al apartamento antes de salir a nuestra luna de miel.

-Hola amor, espero y me extrañes tanto como yo a ti, no sé si tienes planes para que salgamos esta noche o para que vayas a mirar como quedó nuestro apartamento, creo que después de que se remodeló, no lo has ido a ver, solo el día que se compró, ¿Qué te parece?

-Hola mi hermosa novia, no, hoy estaré con Noah, ya sabes, como me iré de la empresa por algunos días entonces quiere que me encargue de algunos de los negocios de importancia que tiene de momento, y ya sabes princesa, como decirle que no al jefe.

-Amor, estaba pensando, que pasa si el señor Connor después de que nos casemos, no acepta que trabajemos en el mismo lugar.

-Ay Emma, ahí sí que tienes que ver qué diablos haces, porque yo no puedo dejar mi trabajo así como así, soy un alto funcionario de la empresa, imagínate Ernesto Clayre buscando trabajo, donde se ha visto, bueno, te dejo, estoy algo ocupado.

Emma tomó el teléfono móvil y le envió un mensaje a Clara, que estaba con un paciente y con Dora, su nueva asistente, que aún no entendía nada sobre cómo ayudarla a realizar mejor el trabajo.

-Dora, puedes leer el mensaje que me acaba de entrar por favor.

-“Amiga, estoy libre esta noche, tu dime donde nos vemos y ahí estaré”.

-La chica de ese mensaje es mi amiga Emma, la que tenía tu trabajo antes, dame, déjame y le contesto.

-Amiga hermosa, entonces nos iremos al restaurante Olive, estoy segura de que una cena de un buen plato de comida italiana te va a encantar, paso por ti a las siete, no me quedes mal.

Así pasó el día, Emma fue a hacerse el cabello, las uñas, pasó el día en un spa con su madre, se supone que Danna las acompañaría, pero tuvo que trabajar, no contaba con ello la pobre.

A las ocho de la noche en punto, Emma estaba en la sala de estar de la casa de sus padres, ella con un espectacular vestido Chanel que su madre le regaló para el cumpleaños, un vestido negro, ajustado, hacía que sus curvas resaltaran, ella tenía un cuerpo envidiable, unos zapatos de tacón en color negro, su cabello suelto que caía sobre los hombros, tomó las llaves de su auto, la puso en su bolso y se sentó a hablar con sus padres.

-Hoy es mi última salida de soltera, ¿lo pueden creer?

Marco y Julia se voltearon a mirar con un rostro de tristeza.

-Mi amor, esta siempre será tu casa, no importa que te vayas a casar, sabes que te deseamos toda la felicidad del mundo, pero si un día tienes que volver, aquí estaremos con los brazos abiertos, dijo Marco.

-Ay papá que cosas dices, claro que volveré, con mi esposo y con tus nietos, claro, eso tendrá que esperar dijo Emma riendo.

En ese momento, sonó el claxon del auto de Clara, Emma se levantó del sofá, les dio un beso a sus padres y salió de casa.

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