Los golpes.
-Ah sí, así de puta te has vuelto Emma, si yo no te tengo para mí, nadie más te tendrá, dijo Ernesto lanzándose sobre Emma quien estaba desprevenida en la cocina del apartamento.
Ernesto tomándola del cabello la tiró al suelo de la sala de estar y le arrebató la camisa de un solo tirón.
-Maldita sea Emma, si no eres mía, no vas a ser de nadie entendiste, decía el hombre quien se desabrochaba su pantalón, mientras con la otra mano, sostenía el cuello de Emma haciendo presión fuertemente.
Sabes, nadie te creerá, pensarán que es tu venganza por no casarme contigo, por dejarte plantada en el altar, que creías Emma, que tú y yo terminaríamos así nada más, yo te amo, ya te expliqué que lo que sucedió con Danna solamente fue un error.
-Un error de cuánto tiempo Ernesto, ya déjame, decía ella con el miedo reflejado en sus ojos.
Tras propinarle un fuerte golpe a Emma en su rostro que la dejó casi sin poder moverse, Ernesto terminó por quitarse toda su ropa el hombre estaba listo para la acción