Carlotta se quitó la venda de los ojos ya estando en el baño.
Sus piernas como gelatinas y su interior aún palpitaba con las placenteras sensaciones del sexo.
Prendió la luz y caminó hacia la ducha, metiéndose debajo del chorro caliente de agua.
Los recuerdos vívidos aun rondando su mente y su cuerpo sensible por todos lados.
Observó el detalle de que todo estaba nuevo en el baño, la esponja, incluso el gel de sandías que ella utilizaba, su champú y suavizador.
Comenzó a limpiarse y al llegar entre sus piernas lavó los restos de la pasión del “Duque”
“Bueno, el Duquesito no tenía un manisito, eso es seguro” suspiró lavándose la cabeza.
“No va a ser ningún sacrificio acostarse con un hombre así, solo que no te acostumbres porque ese chorizo no es tuyo, solo te lo vas a comer durante un tiempo”
Carlotta como siempre y sus pensamientos discordantes.
“Luca, de verdad espero que pronto puedas salir y que toda esta locura valga la pena” – miró hacia el suelo de la ducha mientras el