UNA ENTREVISTA DE TRABAJO.

El día lunes a primera hora Zaira se levantó, tomó una ducha con agua fría, se vistió con un vestido marca chanel en color verde esmeralda, puso un saco en tono arena que combinaba a la perfección con su calzado tipo ejecutivo de doce centímetros de tacón, un bolso que hacía juego con sus zapatos, los pendientes de diamante y su cabello recogido en una coleta.

Se miró al espejo y lo que miraba le gustaba mucho, su cuerpo se veía hermoso,  tomó algo de maquillaje, un poco de rubor, puso en sus pestañas algo de producto para que sus ojos se vieran más expresivos aun, un labial en un tono rosa pálido sin brillo, sus labios se veían más apetecibles que nunca, mordió su labio inferior, sabía que estaba hermosa y elegantemente sexi, tomó la pequeña caja, tomó la cadena y se la colgó, el diamante se desaparecía entre sus senos, ella estaba segura de que a Dante le desconcertaría ese detalle, ya que la noche en que estuvieron juntos el hombre le había dado mucha importancia a esas pequeñas montañas que ella tenía, era un arma que utilizaría con el hombre.

-A ver que me vas a decir ahora infeliz Dante Fabbri, cuando me veas,  si me vas a seguir tratando como una basura, te haré pagar, puedes estar seguro de eso, dijo la chica frente al espejo.

Bajó a desayunar con su madre, la chica estaba bastante feliz, ella haría pagar a Dante Fabbri por como la había tratado, ella intentó explicarle lo que había sucedido esa noche, por lo atractivo que le parecía el hombre y por cuando le dijo que le gustaba, pero, después la trató mal, si bien ella había pasado la noche con el hombre, solo un estúpido no se daría cuenta de que le había entregado su virginidad.

-Mi vida, te vez hermosa, para un día de trabajo, pareces una modelo, ve por ellos, dijo Dana al despedir a su hija.

Zaira iba escuchando música en su auto, cantaba y sonreía, sabía que volvería loco a Dante a como diera lugar.

Al llegar a la empresa, se presentó en la recepción, en donde le pidieron subir al piso treinta y nueve, en donde la recibiría la secretaria del CEO.

-Señorita, creo que será gerente de recursos humanos quien le hará la entrevista, la secretaria le indicará donde.

Zaira subió después de agradecer a la amable chica que la había recibido, subió al elevador y aquello parecía una pasarela, las mujeres en ese lugar eran realmente hermosas todas, de verdad que Dante Fabbri elegía a sus empleadas basándose en algunos rasgos físicos.

-Buenos días, soy Zaira Smith, tengo una entrevista con la gerente de recursos humanos.

-Buenos días, soy Susana, la estábamos esperando, deme un momento, si gusta espera por allá, dijo la secretaria a Zaira de manera amable.

¿Desea un café o algo de beber?

-No, estoy bien, muchas gracias señorita, esperaré por acá.

Mientras Zaida esperaba, las palabras de la secretaria no salían de su cabeza “la estábamos esperando”, como la iban a estar esperando si ella no le confirmó a Fabbri que iría.

Susana se levantó caminó hacia una puerta, estuvo durante algunos minutos y salió seguida por la mujer con la que Dante había ido a cenar la otra noche, con quien Zaira lo había visto bailando bastante animado.

La chica pasó de lado de Zaira no sin antes mirarla de arriba abajo y hacerle un gesto de desprecio.

Olivia estaba en ese lugar porque había decidido que conquistaría a Dante nuevamente, sus negocios sin ser la novia de Dante Fabbri, ya no eran lo que antes, sus contratos de modelaje no habían vuelto a verse, una mujer que se había convertido en alguien insoportable, ella tenía que aparentar algo que no era mientras era la novia de Dante Fabbri, después apareció la verdadera Olivia Renoir y nadie la quería cerca, si quería la fama de la hacía alarde, tenía que conquistar a Fabbri.

-Señorita, venga conmigo por favor, dijo Susana sonriendo.

Zaira siguió a Susana, entraron a una gran oficina en donde desde un gran ventanal se podía observar un espectacular jardín que había al lado de la oficina, en un edificio tan gigantesco, era poco probable que se pudiese ver algo así.

Señorita, tome asiento, pronto vendrán a entrevistarla, dijo Susana dejando a Zaira en frente a aquel ventanal.

Dante salió de una habitación que tenía en su oficina, miró a la mujer que estaba observando el jardín, la chica se veía realmente bella.

-Buenos días Zaira Smith, que puntual, dijo Dante haciendo que la chica se volteara rápidamente.

-Señor Fabbri, buenos días, dijo mordiendo su labio inferior.

El hombre la miró de arriba abajo mirando fijamente en donde el diamante de su cadena se perdía.

-¿Qué pasa señor Fabbri, nunca había visto esta cadena, o que, quiere encontrar el diamante?

-Por favor señorita Smith, estamos en mi oficina y sus negocios, se quedan fuera, dijo él en un tono bastante serio con voz de trueno.

-Qué pena señor, pero si usted me mira de esa manera como queriendo desnudarme, pensé que aquí también me pagaría por acostarse conmigo, pero bueno, teniendo ese punto claro, comencemos con la entrevista, o volveré al trabajo en una de las empresas Stone, así que usted dígame señor, ¿Qué vamos a hacer?, la chica era bastante segura y dejó a Dante con un silencio total.

-Bien, entonces comencemos, dijo Dante.

El hombre le hacía preguntas a Zaira y ella de la mejor manera le respondía, la chica era muy inteligente y sabía que la entrevista estaría bastante fuerte.

Zaira mordía su labio inferior y notaba como Dante se le quedaba mirando fijamente, él recordaba la noche en que la chica se le entregó.

-¿Puedes dejar de hacerlo?

-¿Hacer que señor Fabbri?

-Morder tu labio por favor, no lo hagas.

-Qué pena señor Dante Fabbri, es algo que hago sin darme cuenta, no sé cómo evitarlo, tal vez si deja de mirarme de esa manera, podría intentar dejar de hacerlo.

-Sabes algo, creo que la entrevista ha terminado, vamos a que conozcas la empresa, mañana mismo tendrás tu puesto de trabajo.

-Bien, le diré a la señorita Susana que me lleve a conocer la empresa.

-No, irá conmigo, así la presentaré como corresponde.

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