PASÓ EL TIEMPO.
Pasó un mes después del comentario de Gemma en el elevador, ya Dante había dejado las cosas claras con ella, no deseaba tener una relación con una mujer que lo había drogado.
Zaira continuaba trabajando con normalidad, una visita inesperada hacía su entrada a la oficina de Dante.
-Señor Fabbri, que gusto volver a verlo, necesito hablar con usted, sobre lo que sucedió en la habitación del hotel aquel día, he hablado con Gemma al respecto, ella está muy dolida con usted y sinceramente tiene toda la razón de estarlo, ella no es culpable de nada, dijo el hombre mirándolo a los ojos.
El único culpable de lo que sucedió, fui yo señor Fabbri, yo deseaba que Gemma se entregara a mi esa noche, ya sabe, es una mujer hermosa y yo no tendría ninguna oportunidad con ella a no ser que la drogara, lo malo es que usted llegó, imaginé que se iría rápidamente y yo tenía el vaso de whisky listo para que ella lo bebiera, con la mala suerte de que fue usted quien lo hizo, yo a Gemma la amo como a nadie en