EN LA EMPRESA.
Zaira bajó del taxi, en ese momento Dante estaba llegando también, esta vez no bajó en el estacionamiento, sino que le pidió a Malcom que lo dejara en la entrada principal; esperó a que la chica entrara para que entraran los dos al elevador.
-Buenos días señor Fabbri, dijo Zaira intentando parecer lo más tranquila.
-No respondiste mi mensaje, estaba preocupado. ¿Estás bien?
-Y yo estaba ocupada señor, dijo ella sin despegar la mirada de su teléfono móvil, tenía miedo de no poder ocultar el dolor que sentía al verlo y sí, estoy bastante bien.
-Por favor tenemos que hablar, a veces puedo ser un completo imbécil, dijo él presionando sin que ella se diera cuenta el botón del piso cincuenta en donde estaba su apartamento.
Al detenerse el elevador, Zaira salió de este sin quitar la vista de su teléfono y no dándose cuenta de que estaba frente a la puerta del apartamento del hombre.
-¿En serio, que hacemos aquí? Preguntó ella mirándolo a los ojos.
-Te dije que necesitamos hablar, por favor e