EL PRIMER DÍA DE TRABAJO.

Dante ese día al desayuno había tomado una decisión, dejaría de tratar de pasar una noche con Zaira y la trataría como una empleada mas.

-Buenos días Susana, usted me indica donde voy a trabajar si es tan amable.

-Buenos días señorita Smith, deme un momento.

-Señor Fabbri, la señorita Smith acaba de llegar.

-Bien, dígale que pase a mi oficina por favor.

-Venga conmigo, dijo Susana llevando a Zaira hasta la oficina de Dante.

Zaira siguió a la mujer tranquilamente, total, Dante le había dicho que se tomara el día y ella igual había ido a trabajar, el que lo hubiese dejado en el mirador, él se lo había buscado, así de simple.

-Buenos días señor Fabbri.

-Buenos días Zaira, Susana, ya te puedes retirar, gracias.

Trabajarás en la oficina que está al lado, si necesitas algo comunícate con Camila, ella será quien  te saque de cualquier duda que tengas, el contacto entre nosotros será minino, tal vez a un almuerzo o cena de negocios, pero solamente, tu jefe directo será Camila, ahora puedes continuar con tus labores.

Diciendo esto, Dante siguió en lo que hacía en su computador dejando a Zaira desconcertada, ni volteó a ver su vestido, no le había dicho que se veía hermosa ni mucho menos, él estaba en su trabajo nada más.

Algo había sucedido y ella no entendía, pensaba que estaba molesto por haberlo dejado en el mirador.

-Señor Fabbri, respecto a lo que sucedió anoche, dijo ella tratando de calmar al hombre-

-No pasó nada anoche, no se preocupe señorita que usted trabaja para mi ahora y no debo mezclar las cosas, ahora si me lo permite, necesito continuar trabajando.

-Sí señor, con permiso, dijo ella retirándose de la oficina.

Al llegar la oficina era similar a la de Dante, el Jardín era compartido, no tenía una sala de juntas al lado, pero era realmente hermosa.

-Señorita Smith, la llamó Susana por el interlocutor, el señor Fabbri ha citado a una reunión general, así que nos esperan en la sala de juntas.

Zaira se levantó de su silla, se sentía algo perdida respecto a su trabajo, Camila no estaba en la empresa, así que no sabía qué hacer.

Al llegar a la sala de juntas, cada uno de los hombres que había en el lugar, voltearon a mirar a la hermosa Zaira.

Los comentarios no se hicieron esperar, “es hermosa”, “es muy joven”, tendrá novio”, “estará casada”, todos delante de Dante, quien escuchaba y se reflejaba en su rostro la molestia.

-Bien, solo faltaban ustedes, dijo cuando Zaira y Susana llegaron, la idea de esta reunión es porque se une a nuestra empresa la señorita Zaira Smith, ella es recién graduada de la carrera de administración, su padre Aarón Smith fue mi amigo y siempre quiso que su hija trabajara en mi empresa. Diciendo esto, Dante continuó con otros temas importantes acerca de la producción y sobre la empresa que haría los comerciales para sus múltiples productos.

-Como bien saben, habíamos acordado que la empresa de Arnold Stone hiciera los comerciales, así que necesitamos a una persona capacitada para que lleve la campaña con la empresa de publicidad.

Zaira guardó silencio, era nueva aparte no abriría la boca para beneficiar a su tío.

-Señor Fabbri,  si mal no recuerdo en la junta anterior Camila dio que ella se encargaría de llevar esas campañas con el señor Stone.

El tema continuó hasta que fue hora de almorzar.

Cada uno se marchó a almorzar, Olivia quien había vuelto a la empresa, con el fin de que Dante se disculpara, lo estaba esperando en la oficina.

Dante, me dejaste ayer sola en el club, no entiendo porque lo hiciste.

-A ver, discúlpame, tuve un inconveniente, prometo recompensártelo, vamos, te invito a almorzar, dijo él sonriendo.

A la chica lo que le importaba era el dinero y el estatus que el hombre le daba, así que guardó silencio y aceptó lo que Dante decía.

Al salir de la oficina, ella tomada del brazo del hombre, coincidieron en el elevador.

Olivia miró a Zaira de arriba abajo con desprecio, no la soportaba, mas aun cuando estaba casi segura de que Dante la había dejado en el club por Zaira.

En el elevador todo fue silencio, por parte de Dante y Zaira.

-Guapo, podemos ir después a tu joyería, quiero unos diamantes, ya sabes a las mujeres nos encantan.

-Lo que tú digas hermosa, dijo él sin quitar su mirada de su teléfono móvil.

Zaira bajó del elevador y subió al auto de Arnold quien la había invitado a almorzar, Dante al ver aquello se quedó sin ganas de salir.

-Quiero ir a almorzar cerca del río, ¿qué te parece?

-No, hoy quiero almorzar en otra parte, sorpresa, dijo él siguiendo el auto de Arnold.

Llegaron a un lugar bastante diferente, algo sencillo, Arnold sabía que su sobrina amaba la hamburguesa, así que en un lugar cerca del bosque, tomaron una mesa al aire libre y pidieron dos hamburguesas, minutos después se unió Berat a la celebración.

Olivia no tenía idea de que hacer en aquel lugar, se sentía extraña, ella no se comería una hamburguesa por nada de mundo, la dieta que llevaba era bastante estricta y una hamburguesa sería mucho para ella.

-¿Es real Dante, comeremos aquí?

-Sí, quiero que hagamos algo diferente, respondió el hombre sin saber que pediría en aquel lugar.

El mesero se acercó a la mesa, Zaira pidió una mega hamburguesa con papas y una gaseosa, Arnold y Berat algo más ligero.

Olivia se levantó para ir al tocador, casi fallece cuando observó que no era algo  lujoso sino más bien un poco campestre, la chica no estaba acostumbrada a todo aquello.

El mesero preguntó a Dante que deseaba almorzar y simplemente dijo; -Lo que sea que esté comiendo la chica de aquella mesa, dijo haciendo un gesto que el mesero comprendió de inmediato.

-Y su acompañante, que almorzará?

-Yo, yo no sé que puede haber para mí en un lugar como este, dijo Olivia que acababa de llegar a la mesa.

-Una ensalada tal vez, agua mineral solamente.

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