-Buenos días, dijo Zaira entrando de inmediato a su oficina sin voltear a ver a nadie.
Antes de que la chica entrara, Gemma besó a Dante, hola mi amor, saliste temprano del hotel así que quise venir a darte una sorpresa e invitarte a desayunar, después de la noche que tuvimos, imagino que debes estar con apetito, dijo ella en un tono de voz que se aseguraba de que Zaira escuchara perfectamente bien lo que estaba diciendo y lo que había sucedido en el hotel.
Susana no sabía qué hacer ante tal comentario de poca clase y de tan mal gusto.
-Gemma, ya desayuné, Susana pidió mi desayuno así que vas a tener que ir a desayunar sola, aparte tengo un día bastante ocupado, comienzo con reuniones desde ya, así que te llamo luego, tenemos que hablar, dijo él pensando que no podía seguir en una relación con esta mujer que seguramente lo había drogado, no había más que pensar, él no tendría relaciones con Gemma y por una copa de vino no iba a perder la cordura y llevarla a la cama.
Al entrar a su oficina, Dante llamó a Thomas, el médico de la empresa, indicándole que lo esperaba en una hora en su apartamento en el piso numero cuarenta.
-Susana, dile a Zaira que en media hora nos reunimos en media hora, que me espere en mi oficina, estaré en mi apartamento, dijo Dante bastante serio.
Gemma estaba en la cafetería de la empresa, no pensaba dejar a Dante ni un segundo, mas después de la supuesta noche que había pasado con él.
Thomas hizo el trabajo que debía, en horas de la tarde tendría el resultado de que había podido pasar para que el hombre perdiera por completo el control de si esa noche.
-Zaira., disculpa que te hiciera venir, te juro que olvidé por completo que te había dicho que no vinieras a la empresa, ando con la cabeza en otro mundo y este contrato realmente es importante para la empresa, queremos que la empresa de tu padre, vuelva a tener el mismo nombre y que trabaje tal y como venía haciéndolo desde años atrás, ¿tú crees que puedas hacerte cargo de eso? Preguntó Dante impresionando a la chica por completo, Dante había adquirido la empresa por medio de de la madrasta de la chica y hora la estaba poniendo en sus manos por completo.
Sé que tú te hacías cargo de algunos proyectos de la empresa, es por eso que quiero dejarte vía libre para que hagas con ella lo que desees, eres buena en lo que haces así que la manejarás por completo.
Zaira estaba entusiasmada, sin embargo, ella no dejaba de pensar en las palabras de Gemma.
-¿Zaira, Zaira, me estas prestando atención? Pensé que te entusiasmaría la idea.
-Señor Fabbri, claro que si me hace feliz, es la empresa de mi padre, imagínese como puedo estar sintiéndome en este momento, pero yo al igual que usted, tengo mi cabeza en otra parte.
-Si puedo ayudarte, no dudes en decírmelo.
-No, es algo personal, no se preocupe, dijo ella sintiendo que el mundo se le venía encima, solo de saber que le había hecho el amor a Gemma, si había algo seguro para Zaira e ese momento es que había perdido a Dante, el hombre estaba con la cabeza en la noche que había pasado con la mujer seguramente y ella estaba ahí pensando en él.
-Si te sientes mal, puedes irte a tu casa, eso era lo que deseaba pedirte y ver cuál era tu reacción, sinceramente pensé que sería otra, pero bueno, cada quien reacciona diferente a ciertas noticias.
-No, no, que pena, no es lo que piensa señor Fabbri.
-Dante, soy Dante Zaira, entiéndelo.
-A ver señor, como voy a tratarlo de una manera tan informal, cuando vengo a darme cuenta de su vida intima por la propia boca de su novia la señorita Gemma, usted no cree que sería inapropiado mantener una relación de amistad despues de saber todo lo que le hizo a su novia anoche, y me va a disculpar, pero yo no tengo la necesidad de saber que pasó entre ustedes no de cómo le hizo el amor a esa mujer, así que no me pida que lo trate como su fuera mi amigo porque no lo es.
Su novia dejó bastante claro de manera tacita que tiene un problema conmigo, sino de ninguna manera ella habría dicho todo lo que dijo en una supuesta llamada telefónica con una amiga, ella lo que necesitaba es que yo escuchara, parece que hay un problema conmigo y yo no lo sabía, así que señor Fabbri, usted es mi jefe y yo su empleada solamente, ya no me haga más daño por favor, dijo la chica siendo sincera.
-Santo cielo, esta mujer está loca por completo Zaira, que pena que vengas a escuchar este tipo de cosas, soy un completo idiota y creo que por ayudar a alguien que no lo merece, me han jugado una mala pasada, esta tare tendré los resultados de los análisis en sangre que he mandado a hacer, yo por mi voluntad no estuve con esta chica, con Gemma, parece que es peor de lo que pensaba, tenemos que hablar un poco más adelante Zaira, he sido injusto contigo y eso tiene que cambiar por completo, eres importante para mí y realmente deseo darme una oportunidad contigo, así de la mano como tú me has dicho, no que seas mi amante ni mucho menos.
Zaira se quedó sin palabras, Dante Fabbri el gran CEO, deseaba intentar algo real con ella, ahora todo estaba confuso, ella imaginaba que lo había perdido y era el momento en el que más cerca lo tenía para sí.
Dante se levantó de su silla y tomó el rostro de Zaira en sus manos, la besó suavemente haciéndola estremecer, la chica ante el contacto de los labios del hombre no pudo más que dejarse llevar, respondiendo aquel beso.
Susana no estaba en su puesto de trabajo, había ido al baño, Gemma aprovechó para entrar a la oficina de Dante observando aquella escena entre la pareja, un beso que se veía bastante intenso en ese momento.
Gemma cerró la puerta de la oficina y muy lentamente se sentó en la sala de espera a esperar que Susana volviese, haciendo como quien no había visto nada.
Por dentro la mujer estaba que ardía en rabia, Dante estaba involucrado con aquella mujer, ella tenía que actuar si no quería que aquel atractivo hombre y sus millones desaparecieran de su vida.