POV Roxana.

—Alec Smirnov —susurro para mí, sintiendo cómo la sangre hierve por mi torrente sanguíneo, cómo los dedos se crispan contra la copa de vino que sostengo.

"El maldito hijo de put∆."

Renunció al imperio y, también dio por terminado legalmente nuestro matrimonio.

Aguanté cada día que estuve a su lado. Sus desprecios, su indiferencia. No era más que otro adorno en ese gran palacio.

La mujer del príncipe heredero… el hombre que todos despreciaban porque por sus venas no corría sangre pura. Y aun así, me mantuve a su lado.

No bajé la cabeza. Permanecí erguida.

Jamás lo amé. Me casaron con él sin mi consentimiento, cuando apenas tenía doce años. En Oriente, la opinión de una mujer no vale.

La ceremonia se llevó a cabo cuando yo tenía dieciocho y él, veintiuno. Consumamos nuestra unión ese mismo día.

Él solo lo hizo por salvarme de la muerte. El repudio de un esposo basta para ser apedreada y desterrada, junto con toda su familia. Especialmente si él es parte de la realeza.

Apelé