Ámbar
Solo Ruth se ha enterado de la noticia y, aunque quería gritar de terror, se mantuvo callada. Aun así, me siento muy mal y los problemas no hacen más que aumentar. Nadie se tomó a bien el comunicado de Ruth, ya que Joshua publicó primero lo del robo y Mía no ha salido a aclarar las cosas. Es más, ni siquiera se ha presentado a trabajar, lo que me hace sospechar que él es quien la retiene.
—Las cancelaciones siguen llegando. Parece que nadie quiere saber nada de Grupo López —me informa Ruth al entrar a la oficina—. Amber, necesitas convocar una junta urgente; las acciones están cayendo en picada.
Las náuseas regresan. Solo ha pasado una semana y esto ha ido a peor. No hay manera de arreglar lo que ese infeliz de Joshua hizo.
Pero no solo eso me afecta, sino el hecho de que otra vez David jugó con mis ilusiones. Gustavo, ese mismo día, vino a decirme que él quería hablar conmigo, así que regresé al hospital solo para encontrarme con el hecho de que no se me permitía el paso a s