David
Después de ese día, mi vida cambió por completo. Diseñar siempre había sido una actividad que me relajaba y me hacía olvidar de todos mis problemas. Sin embargo, Ámbar se ha llevado consigo toda mi inspiración. Cada vez que intento diseñar algo, termino llenando la hoja en blanco de pequeños puntos, como los que adornan su rostro.
El tiempo ni la distancia pueden hacerme olvidar ni un solo centímetro de su cuerpo. No hay día en que no recuerde aquellos pocos días de felicidad, en los que realmente me sentí feliz de estar casado. Sobre todo, no olvido la cálida presencia que impregnaba cada rincón de la casa.
No extraño su manera de limpiar o de planchar mis camisas, sino el amor que le ponía a ello, el aroma que dejaba en todo lo que hacía para mí.
Y, maldita sea, también extraño que intentara hacer cosas extrañas por mí, incluso si me mataba con la comida. Con el paso de los meses, me he dado cuenta de las cosas que sentía por mí y a las que nunca les presté atención.
Por e