La enorme bestia se quedó parada, observaba el cuerpo destrozado de la niña, Juliano seguía en su búsqueda, y lentamente volvía entre el plantío, la bestia corrió a toda velocidad, dejando sus enormes huellas sobre el mismo lugar donde instantes atrás había estado Lía, Juliano regreso por fin, y cuando miro en dirección donde había estado Lía, sus ojos se quedaron fríos.
Un grito aterrador se oyó en medio de la plantación de maíz, Emilia corrió hasta el lugar donde había oído el grito, una desesperación infernal le recorría todo el cuerpo, Juliano lloraba abrazado a un parte del cuerpo de Lía, y en voz baja gemía en susurro entre sus labios.
—es mi culpa, es mi culpa, por mi culpa murió ella, yo soy un asesino, un maldito asesino, todo esto es mi pecado, y esto es el castigo divino sobre, Juliano musitaba casi en estado de demencia.
Emilia llegó hasta donde estaba Juliano, y lo que vio la dejo paralizada, los restos de Lía estaban esparcidos por el suelo, y Juliano se aferraba al cuer