Saca toallas húmedas y limpia mi sexo con delicadeza, como si pudiera marchitar el pétalo de una rosa. Me coloca la braga y me ayuda a poner el brasier, al terminar, deposita un beso en mi nuca haciendo que las piernas me tiemblen.
Me pongo el vestido que es perfectamente a mi medida, me arreglo el cabello agitándolo en el aire mientras que soy observada por él.
— Esta noche saldremos.
— ¿Para dónde? — frunzo el ceño.
— Hay un evento de la Bratva a la que debemos asistir, no te preocupes por nada. A las cinco estará la estilista en la mansión y todas las cosas que conlleva el arreglo de una mujer.
¡A las cinco tengo cita con el psiquiatra!
— A esa hora estaré ya en la mansión. Cuando termine con tu hermana, iré al restaurante para ver como va la remodelación...
— Yo te paso buscando y vamos juntos.
— ¡No! — él enarca una ceja por mi reacción — Quise decir que no porque luego tengo que ir a la universidad a retirar el nuevo programa de estudio presencial. Además, quiero empezar ir a