Al principio no correspondo, por lo tanto él me lleva contra la pared dejando que las bolsas caigan en el suelo. Adentra su lengua en mi boca, inicia una guerra por tomar el dominio del beso en su totalidad, cosa que logra enseguida porque caigo en un abismo cuando hunde sus dedos en mi cintura reafirmando el bulto de su polla en mi vientre. Sus manos insertan mis senos magreando a su antojo. Me gira quedando mi cara presionada en la pared, ubica su mano en el cierre del vestido y lo baja con premura. Me lo quita en cuestión de segundos dejando mi cuerpo desprotegido de ropa, excepto que con una diminuta braga roja.
Hace un desfile de besos por toda mi espalda hasta hincarse y admirar mis nalgas con su lengua.
Rompe mi ropa interior y azota mis glúteos haciendo que sitúe mis manos en la pared para sostenerme. Me lleva hasta la cama y abro las piernas para él, sus ojos se dirigen a mi centro pasando la lengua por los labios poseído por el deseo que mi intimidad le provoca, esconde la c