El trayecto hacia el penthouse fue relativamente tranquilo. Aziel apenas hablaba, y yo me encontraba inmersa en mis pensamientos. No podía evitar sentir una mezcla de nervios y curiosidad por lo que me esperaba esa noche. Al llegar, la puerta principal se abrió revelando un espacio moderno, amplio y decorado con una mezcla de tonos neutros y detalles elegantes.
—Por aquí —dijo Aziel mientras me guiaba hacia una habitación con un baño adjunto—. Puedes arreglarte aquí. Tienes tiempo suficiente antes de que nos vayamos.
—Gracias... —murmuré, todavía impresionada por el lugar.
Sobre la cama encontré un estuche con joyas discretas: un collar de plata con un pequeño dije brillante y unos pendientes a juego. También había un set de maquillaje cuidadosamente dispuesto.
"Esto no puede ser casualidad", pensé. Claramente, Aziel había planeado cada detalle.
—Si necesitas algo, estaré en la sala —añadió antes de marcharse, cerrando la puerta tras de sí.
Mientras me preparaba, no podía evitar pregu