Llevaba un saco color madera que le llegaban hasta los pies, un sombrero de copa como los que se usaban en los días de antaño y unos lentes oscuros, pronunció quitándoselos.
- Cállate – hablaba con los dientes apretados mientras le apuntaba a la cabeza.
- Baja esa arma hija, deja que te explique las cosas.
- Ellos confiaron en ti, yo confíe en ti. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Por eso tu insistencia en saber si yo sabía dónde estaba Spencer ¿no es así?
- Nunca formé parte de sus patrañas, esa conversación está fuera de contexto, estaba investigando y quería saber si formaba parte de ese cartel, fueron órdenes de tu padre, las cosas no son así como lo pintan.
- ¿mi padre? ¿A caso lo que dijeron de mis padres tampoco es como lo dicen?
- Bueno – se quedó en silencio pensando lo que diría – Se suponía que mi jet los traería a Barcelona, ellos abordaron más no llegaron, me esforcé por encontrarles.
Tenía el dedo sobre el gatillo a punto de disparar, las lágrimas rodaban por sus mejillas.
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