CAPÍTULO 28. De una lista dolorosa a una peligrosa revelación
CAPÍTULO 28. De una lista dolorosa a una peligrosa revelación
Maggie y Jackson se miraban como si acabaran de salir de una película de terror. Solo que no era una película, y definitivamente no había créditos finales en camino. Maggie tenía la mirada fija, como si las piezas del rompecabezas se armaran en su cabeza a una velocidad que asustaba; y todas dolieran a la vez.
—Nos drogaron —dijo Jackson al fin, con una voz que sonaba más a confirmación que a suposición.
Maggie no respondió. Solo respiró hondo, como si esa sola palabra la hubiera golpeado en el pecho. Sus ojos se llenaron de nuevas lágrimas y se encogió un poco, como si intentara desaparecer dentro de sí misma.
—No puede ser… Esto es una pesadilla…
Jackson la abrazó con fuerza, esa que uno usa cuando no tiene idea de qué más hacer, y a pesar del dolor momentáneo en su piel, Maggie se aferró a él como si fuera su último resto de cordura.
—Te prometo que vamos a llegar al fondo de esto. No importa cuántos años hayan pasado. No