Después de tomarse un tiempo cambiándose y esperando que la rabia se le bajara de la cabeza, decide salir del baño. Recorre el mismo camino hasta el salón donde dejaron a Owen y encuentra al grupo sentado en una mesa, repartiéndose lo que parecen ser tortillas de harina con verduras. El olor hace que su estómago proteste sonoramente. Da unos pasos en dirección a Amy quien le hace señas y se sienta a su lado. Nota enseguida que las expresiones de Carlo y Miriam cambian justo al verla. “Pueden besar mi trasero”, piensa.
Decide ignorarlos por el momento, aunque la mirada de águila de la morena se clava en ella como un puñal, lo único que Catarina puede pensar es en comida. ¿De dónde salieron las verduras? sSrá una interrogante para después, porque se ve y huele delicioso. Sin poder resistirse más&n