41. No hay vuelta atrás
Roxana
Cuando estuvimos solos, me temblaban las manos por el peso de las revelaciones.
—¿Es verdad? —pregunté—. ¿Lo de Giulia?
Alessandro se sirvió vino.
—Mi familia no es lo que parece, Roxana. —Se sentó de nuevo y se pasó una mano por el rostro—. Éramos pequeños cuando papá tuvo una aventura con su asistente. Mamá no pudo... no pudo manejarlo.
—Pero Francesco... él me salvó. Siempre escuché ese discurso sobre…
—¿Valores? —Me estudió por encima de su copa—. Me lo sé de memoria. No le debes nada.
—No entiendes. Yo no era nadie.
Las lágrimas amenazaron. Todo en lo que había creído, la familia que había admirado, idealizado...
—Necesito... necesito procesar esto.
—¿Una copa ayudaría?
Asentí. Me sirvió champán de la botella que Deborah había pedido.
—Por las mentiras que nos contamos —brindó con amargura.
Bebí, el alcohol quemando menos que las verdades que acababa de escuchar.
—¿Y si ese hombre que admiras te usara y lo descubrieras? —preguntó de repente—. ¿Qué harías?
—No lo sé. —Mi r