Cap.42

Entré en el despacho de Alicia y la encontré concentrada en el trabajo. En cuanto notó mi expresión tensa, levantó la mirada enseguida.
— Ari, tienes cara de preocupación. ¿Qué ha pasado? — preguntó con auténtica inquietud.

Intenté disimular mi nerviosismo, obligándome a esbozar una sonrisa.
— Nada importante… solo una reunión con Thomaz que me dejó un poco tensa.

— Hm, espero que no haya sido nada serio. Ven, siéntate aquí, vamos a hablar — dijo, recostándose en la silla. — ¿Te ha provocado? — Su voz se llenó de rabia, y yo agradecí por dentro tener a alguien así a mi lado.

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