En Nueva York, en el caos del día que debió ser el más feliz para Cristal, Jarret regresó al hotel frustrado y desgastado. Había pasado horas buscando a su prometida, recorriendo calles e interrogando a quienes pudo encontrar, pero Cristal parecía haber desaparecido sin dejar rastro. Su enojo y desesperación se apoderaron de él, explotando en una tormenta de maldiciones y golpes impacientes contra cualquier objeto a su alcance.
¿Cómo pudo permitirse llegar a este punto? ¿Cómo pudo ser tan estúpido justo el día de su boda? Cinco años entregados, invertidos en un sueño que ahora parecía desmoronarse frente a un precipicio. La imagen del hombre que se había llevado a Cristal rondaba como un espectro en su mente. Un rostro desconocido, enigmático. ¿Quién era? ¿Cómo era posible que nadie tuviera respuestas?Unos golpes