FABRIZIO:
Ellie guardó silencio por un instante, pero su expresión arrogante no se desvaneció. Su mirada me atravesó como si quisiera desafiarme y, al mismo tiempo, disfrutar de la incómoda verdad que acababa de soltar.
—¡Sí, sí, son de ellos mismos! —asintió lentamente, con una sonrisa cargada de cinismo—. ¡Son de ellos tus hijos, Jarret! —Mándaselo a Fabio, que él decida lo que quiera con Jarret —respondí de inmediato sin hacerle caso a los gritos de Ellie—. Si lo mete en el horno u otra cosa. Yo voy a ir a ver a Luigi para que le haga la prueba a esos bebés, a ver si son de verdad de ellos o si Ellie lo dijo solo para salvarse. —¡Son de ellos! —gritó de nuevo Ellie con los ojos brillando de ira y desesperación—. Y si me tocan, van a pagar caro. Nadie en esta maldita fami