498. CONTINUACIÓN
Los veo alejarse y sigo el recorrido de las cámaras rotas. Definitivamente, esto no lo hicieron para robar. Llego hasta la calle y miro a mi alrededor; una furgoneta negra un poco más abajo me llama la atención. No me gusta para nada esto. Entro de nuevo y voy hacia Fiorella.
—Fiore, ¿cuándo viene la esposa de tu hermano, María Isabel? —pregunto, preocupado por su seguridad. Si no es a Fiorella a quien quieren raptar, debe ser su cuñada entonces.
—¿María Isabel? —pregunta ella con una mirada interrogante—. Bueno, yo termino hoy a las ocho y ella se quedará con Filipo, que la viene a buscar hasta las once.
—¿Y siempre que sales lo haces por el frente o por esa puerta? —sigo averiguando sus hábitos.
—Por esa puerta, da al garaje directo —me explica ahora muy seria—. Por el frente hay que salir a la calle y se corre más peligro.
Cada detalle, cada movimiento, tenía que ser evaluado con precisión. Esa furgoneta negra seguía rondando en mi mente como si fuera una amenaza tangible