139. ESTAMOS EN GUERRA
Cristal niega con la cabeza, sin tener idea de que en el mundo de la mafia, apuntar con armas a la esposa de un capo es una de las ofensas más graves que existen. Las familias, especialmente las esposas, son territorio sagrado e intocable. Hacer una emboscada así es una declaración directa de guerra, un insulto que solo puede lavarse con sangre.
—Es una sentencia de muerte —susurra Cristal, comprendiendo finalmente la gravedad de la situación.
—Eso, cariño, fue una clara provocación afirma con seriedad Gerónimo. — Y ahora estamos obligados a responder para demostrar nuestra supremacía.
—No entiendo, si solo se apuntaron. Ustedes también lo hicieron —dice ella, con inocencia.
—Sé que no entiendes, mi ángel —responde él, estrechándola contra sí, sintiéndose culpable por involucrarla en esta vida. —Los Garibaldi somos conocidos por nuestra brutalidad a la hora de vengar ofensas contra los nuestros, y que alguien se haya atrevido a amenazar a la esposa de uno de nosotros significa que