IVAR
El sonido de la máquina conectada a mi pequeña Luna pitea en mis oídos, la traje directamente al hospital de nuestra manada y ha estado inconsciente la última hora desde que llegamos.
Le hicieron una radiografía y le conectaron medicamento junto con suero para estabilizarla ya que la fiebre no disminuía. Mis ojos recorren su perfil y mi lobo ronronea al admirarla y sentirla ya que no hemos soltado su mano desde que la pusieron en la habitacion, es realmente hermosa.
Su nariz respingada, labios rellenos y mejillas coloradas, su pelo rubio brilla levemente bajo los pocos rayos de luz que ingresan atraves de la ventana y muero por volver a ver sus ojos miel una vez más cuando despierte.
Unos golpes en la puerta me hacen alzar la vista y el doctor a cargo de ella ingresa con una carpeta.
–¿Puedo pasar? –preguntó deteniéndose en la puerta.
Asentí y lo miré fijamente mientras se acercaba al pie de la cama.
–Bueno…la radiografía muestra que tiene fracturado el radio, afortunadamente