OLIVIA
Mi cuerpo hormiguea mientras Ivar me ayuda a colocarme la ropa que compró para mí. Hoy me dieron el alta y nos mudaremos a la mansion donde vive con sus padres, me pone nerviosa la situación, pero estar junto a él me da una calma que jamás sentí en mi vida.
Lo unico que quiero es estar junto a él, sentarme a su lado, tomar su mano, cualquier tipo de contacto que pueda tener con él y sé muy bien que mi repentina dependencia hacia su persona es por mi naturaleza Omega.
Se sabe que somos dependientes de nuestras parejas en todos los sentidos y ahora que han pasado 24 horas sin que tomar mis supresores los efectos de mi Loba comienzan a salir a la superficie.
–Ahora el sueter –dice con voz ronca–. Un brazo a la vez, cuidado con tu yeso.
Lo miro embelesada por él y su presencia mientras toma el sueter color amarillo y se coloca tras mi espalda para ayudarme.
–El izquierdo –dice tras de mí erizando los vellos de mi nuca–. Ahora el otro, cuidado.
Sus dedos rozan mis brazos cubier