Parte II Capítulo 18. La boda civil.
Las dos semanas que faltaban para la boda civil pasaron con rapidez, fue un tiempo de descanso y felicidad para Emma, sus hijas se habían adaptado con maravillosa facilidad a la vida en la isla y a su nueva escuela. Correteaban con sus primas y sus perras por todo lugar, lo que les dio una seguridad y libertad que nunca habían conocido. Durante las noches, Emma se acostumbró a dormir en los brazos Alec, disfrutando de sus caricias, amándose cada noche. Por el día se dedicó a leer y descansar, muchas veces bajo el sol de la mañana o de última hora de la tarde. Samanta le estaba enseñando a cocinar y para su sorpresa se dio cuenta de que lo disfrutaba.
Sus padres habían llegado una semana antes de la boda y se instalaron en el antiguo apartamento de Aristo. Debido a que él y Sam se habían mudado al tercer piso, por lo que todo el segundo piso les quedó a ellos.
―¡Estás tan bonita y radiante! ―le dijo Elizabeth a su hija.
―Gracias, mamá, me siento muy bien.
―Estoy feliz de verte tan bien